Navegar depende de la altura de las olas

Uno de los momentos más excitantes de zarpar en tu barco es cuando llega la hora de navegar con oleaje, pero es importante calibrarlo, a la vez que dominar y saber controlar la nave. Ya que si la altura de las olas aumenta de forma considerable podrías poner en riesgo la integridad de la embarcación y a los demás tripulantes. En este artículo encontrarás algunos consejos para saber enfrentarte a situaciones de peligro y poder disfrutar con tranquilidad y confianza.
¿Cómo navegar con oleaje?
Si te encuentras en el muelle del puerto y observas que el mar rompe por encima del rompeolas, debes analizar tu propia experiencia navegando, tu conocimiento de la zona y el lugar dónde se encuentran los puertos más próximos. Si cuentas con suficiente fondo para estas travesías y te sientes preparado para aventurarte, deberás tomar las olas por las amuras y evitar hacerlo por las bandas en caso de navegar por un mar picado de oleaje elevado. Ya que de no hacerlo, aumentaría la probabilidad de provocar una peligrosa escora o hasta de volcar y enviarte a pique, en caso de no contar con un par adrizante de suficiente tamaño como para mantener la estabilidad de la embarcación.
De encontrarte navegando contra un oleaje de fuerte marejada a mar gruesa, lo más apropiado sería de nuevo atacar las olas por las amuras, pero en este caso con orientación hacia la proa. Ya que si lo haces de lleno por las amuras o por las bandas te expondrás a que el impacto de la ola te haga zozobrar.
También es importante saber bailar con las velocidades de las máquinas, para evitar lo que se entiende como pantocazo al salir de la cresta de la ola, ya que podría comprometer al barco, causándole daños en la estructura y el casco.
Estima el estado del mar, la altura de las olas y tu rumbo
La previsión es fundamental. Lo más importante es disponer de las velas adecuadas antes de lanzarte. Además, si el viento se torna mucho más fuerte de lo normal, es imprescindible reducir el velaje que mantienes expuesto, y hacerlo de forma apropiada.
En caso de que tu ruta te obligue a tomar un ángulo de navegación a bolina, una de las más duras tanto para el barco y sus integrantes, y la altura de las olas te permitan mantenerla, la situación más favorecedora sería que el viento y el mar procedan de la misma dirección. Así podrás mantener con firmeza el ángulo del viento contra las olas en el mascón.
Otra forma sería enfrentarte orzando ligeramente cuando se sube a la cresta, para contar con un punto de apoyo al descender en el punto inferior de la propia ola. Este recurso te favorecerá al tratar de contrarrestar el empuje que la mar ejerce sobre la proa, tratando de mover la embarcación hacia las olas, de modo que te permitirá ganar unos grados orzando.
La situación se complica si la dirección del viento y el mar no coinciden. Aquí deberás tratar de enredar con las olas del mismo modo que en el caso anterior. Si esto significa tener que encontrarte algo más inclinado que la bolina que mantienes, es algo normal. Al contrario, en condiciones difíciles es recomendable mantener algunos grados por encima del arribo, y evitar estresar al barco y la tripulación, mientras luchas por aguantar la bolina estrecha.
Algo que también podría ayudarte, sobre todo si estás empezando a navegar, es el uso de un tormentín. Consiste en un pequeño foque, con bastante resistencia y capacidad para aguantar cuando la altura de las olas se ve elevada por fuertes rachas de viento. Se ubica cerca de la cubierta y el mástil, permitiendo que el centro vélico se localice en el eje de gravedad del barco.